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Navidad en tiempos difíciles

Vivamos la Navidad de una manera diferente; el mejor regalo que podemos recibir con alegría es a Cristo mismo.

 

"En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche. De pronto, se les apareció el Ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el Angel les dijo: «No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor." (Lucas 2,8-11)

 

Tal vez, en este tiempo de Navidad nos toque vivir alguna enfermedad, problemas en la familia, en el trabajo o peor aun, debamos vivirla sin familia, sin trabajo y sin dinero. Pero es una buena oportunidad para entender que los regalos no son la medida del amor, sino el tiempo que le dedicas a Dios y a las personas que amas. Podemos celebrar el tiempo con la tu familia decorando el nacimiento, viendo películas navideñas, compartiendo.

 

Navidad es una oportunidad para regalar cosas muy valiosas que no tienen precio y no cuestan dinero. Podemos regalar una sonrisa, escuchar, hacer un favor y regalar cariño que se expresa en un abrazo, con un beso.

 

Dios nos ayuda a superar los problemas más difíciles, tengamos la seguridad de que Dios nos acompaña, que nos dará la fuerza que necesitamos; la paz y tranquilidad a nuestra alma que nos llena de fe y esperanza. Él siempre nos recordará que no estamos solos y estará a nuestro lado:

 

"No temas, porque yo estoy contigo, no te inquietes, porque yo soy tu Dios; yo te fortalezco y te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa." (Isaías 41 ,10)

 

A veces la soledad y la tristeza son evidentes, pero debemos levantarnos y salir al mundo, dar gracias porque estamos vivos; por el nacimiento del niño Jesús que vino a cambiar nuestras vidas y es nuestro Salvador; podemos cantar villancicos, encender una luz en medio de la solitaria oscuridad:

 

"El Señor es bueno con los que esperan en Él, es un refugio en el día de la angustia; reconoce a los que confían en Él." (Nahúm 1, 7)

 

En este tiempo, abramos nuestro corazón a la presencia del otro y en medio de la soledad de la nostalgia de los problemas, encendamos luces de esperanza en nuestra vida y en la vida de los demás.

 

"Estamos atribulados por todas partes, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados." (2 Corintios 4, 8-9).

 

 

Un abrazo en Cristo y María 

 

 

Lidia 

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