En el mundo hay diversos criterios para buscar la perfección. Pero sólo hay un camino: Dios.
Debemos caminar en el amor de Dios, que es la ley más perfecta que Él estableció para el ser humano.
La fuente original de la perfección en santidad está en Dios. Él nos inspira y hacia Él caminamos. La ley del amor es la nueva ley que estableció Jesús para quienes buscan trascender, y resume todas las leyes escritas en el pasado.
El amor es el seguro conductor de nuestros ideales, de nuestra santidad, de nuestra personalidad. Cuando vamos por el camino perfecto, somos capaces de vencer el mal con bien, y no con más mal. La grandeza de nuestra humanidad se expresa en que somos hijos de Dios. Aunque golpeen nuestra mejilla, no debemos permitir que golpeen nuestro corazón. Una ofensa enviada hacia nosotros, no debe ser inicio de una venganza recíproca, pues el mal no debe dañar la integridad de nuestro ser.
Bendecir a quienes nos ofenden y hasta orar por ellos, es alcanzar un nivel excepcional de cercanía en Dios. Para vencer en Cristo, debemos tener un dominio interior y la suficiente valentía para regirnos por la ley del amor. El amor hizo que Jesús vaya a la Cruz por nosotros. El odio se vence con amor. Ojalá podamos comprender esta ley perfecta en el día a día de nuestras actividades.
Si nuestros actos se expresan en la ley del amor, Dios nos recompensará como hijos obedientes, caminantes hacia su Reino Celestial. Vivamos a Jesús en sus enseñanzas:
"Ustedes han oído que se dijo: «Ojo por ojo y diente por diente.» Pero yo les digo: No resistan al malvado. Antes bien, si alguien te golpea en la mejilla derecha, ofrécele también la otra. Si alguien te hace un pleito por la camisa, entrégale también el manto. Si alguien te obliga a llevarle la carga, llévasela el doble más lejos. Da al que te pida, y al que espera de ti algo prestado, no le vuelvas la espalda. Ustedes han oído que se dijo: «Amarás a tu prójimo y no harás amistad con tu enemigo.» Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y recen por sus perseguidores, para que así sean hijos de su Padre que está en los Cielos. Porque Él hace brillar su sol sobre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos y pecadores. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué mérito tienen? También los cobradores de impuestos lo hacen. Y si saludan sólo a sus amigos, ¿qué tiene de especial? También los paganos se comportan así. Por su parte, sean ustedes perfectos como es perfecto el Padre de ustedes que está en el Cielo." (Mateo 5, 38-48)
Busquemos la vida del amor, la vida de la perfección, la vida camino hacia la Vida Eterna.
Saludos en el amor de Cristo y María
Javier
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