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Dios espera por nosotros para bendecirnos en abundancia

Vivir apegados a Dios es lo único que importa para lograr la felicidad personal, Dios nos brindará todo lo que necesitemos para que esta promesa se cumpla en nuestras vidas.

 

La ausencia de Dios en la vida del ser humano, es la causa de todos los males de la humanidad. 

 

Por ello, comprender el infinito poder paternal que Dios tiene para bendecirnos, es algo fundamental para que nuestras vidas tengan más alegrías que tristezas, más amor que odio, más paz que violencia y más fortaleza que miedo.

 

 

Ir en búsqueda del amor del Señor, implica una decisión firme en nuestro presente. No importa si en nuestro pasado tuvimos errores, lo que Dios quiere de nosotros, es nuestro deseo de cambiar para bien, arrepentirnos y ver en Él nuestra salvación y felicidad.

 

Una persona tiene dos opciones de vida a elegir: abrir las puertas de su corazón al amor de Dios, o cerrar su corazón a Dios. Un claro ejemplo de ello, se encuentra en el relato del Evangelio, cuando Jesús estaba crucificado junto a dos malhechores, cada uno de ellos escogió una opción diferente. Y el que reconoció sus culpas y vio en Jesús a su Rey, alcanzó la felicidad eterna:

 

"Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros». Pero el otro lo increpaba, diciéndole: «¿No tienes temor de Dios, tú que sufres la misma pena que Él?. Nosotros la sufrimos justamente, porque pagamos nuestras culpas, pero Él no ha hecho nada malo».Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas a establecer tu Reino». Él le respondió: «Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso»". (Lucas 23, 39-43).

 

Vayamos con alegría al encuentro con el Señor, con un sí de corazón a su invitación. Así podremos disfrutar de todas las bendiciones que Dios nos prepara en nuestro caminar humano para nuestra meta que es el paraíso.

 

Nuestra conexión directa con Dios se alimenta con nuestra plena confianza en Él, y nuestra comunicación eficaz por medio de la oración. Dios nos escuchará y atenderá los deseos más nobles de nuestro corazón. Lo importante es saber esperar en paz espiritual la acción del Señor, en sus tiempos perfectos.

 

Dios está esperando por nosotros cada segundo de nuestras vidas, Él nos llama y nos toca el corazón. Debemos aceptar a Dios en nuestras vidas y abrirle las puertas de nuestro ser. Para que Él pueda obrar libremente en nuestras vidas, debemos tener presente tres aspectos:

 

1. Tener un corazón sensible al llamado de Dios.- Debemos escuchar la voz de Dios en nuestro interior, con una profunda paz de espíritu. Este llamado también puede darse a través de personas o circunstancias. Seamos sensibles al llamado de Dios y así, escuchar la voz de Dios se convertirá un hábito:

 

"Vengan a tomar agua, todos los sedientos, y el que no tenga dinero, venga también! Coman gratuitamente su ración de trigo, y sin pagar, tomen vino y leche. ¿Por qué gastan dinero en algo que no alimenta y sus ganancias, en algo que no sacia? Háganme caso, y comerán buena comida, se deleitarán con sabrosos manjares." (Isaías 55, 1-2).

 

 

2. Perseverar por una nueva vida.- Debemos dejar atrás todo lo malo que tuvimos en el pasado. Dios no podrá entrar de manera eficaz en nosotros, si continuamos pecando y tampoco lo hará si no abandonamos los miedos, la inseguridad y toda forma de violencia en nuestro corazón. Dejemos en manos del amor de Dios toda nuestra vida:

 

"¡Busquen al Señor mientras se deja encontrar, llámenlo mientras está cerca!. Que el malvado abandone su camino y el hombre perverso, sus pensamientos; que vuelva el Señor, y Él le tendrá compasión, a nuestro Dios, que es generoso en perdonar."(Isaías 55, 6-7).

 


3. Buscar intimar con Dios.- Como un hijo junto a su Padre bueno, debemos intimar con Dios por medio de un diálogo fraterno, oración, alabanza y acción de gracias. Cuando buscamos intimar con Dios en cualquier momento, habremos alcanzado una gran cercanía a su protección y Gracia:

 

"Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá." (Mateo 7, 7-8).

 

Recuerda esto:

 

 

Dios, nuestro Buen Padre está muy interesado en entregarnos hermosas bendiciones para nuestra vida, basta que demos un paso firme hacia su amor, dejando atrás todas las ataduras de nuestro pasado. Llenemos nuestro corazón de amor para que nuestro ser se convierta en tierra fértil y así Dios pueda florecer nuestra vida con las bendiciones más dulces y exquisitas:

 

"Como el cielo se alza por encima de la tierra, así sobrepasan mis caminos y mis pensamientos a los caminos y a los pensamientos de ustedes. Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo y no vuelven a él sin haber empapado la tierra, sin haberla fecundado y hecho germinar, para que dé la semilla al sembrador y el pan al que come, así sucede con la palabra que sale de mi boca: ella no vuelve a mí estéril, sino que realiza todo lo que yo quiero y cumple la misión que yo le encomendé. Sí, ustedes saldrán gozosamente y serán conducidos en paz; al paso de ustedes, las montañas y las colinas prorrumpirán en gritos de alegría, y aplaudirán todos los árboles del campo. En lugar de zarzas brotarán cipreses, y mirtos en lugar de ortigas: esto dará al Señor un gran renombre, será una señal eterna, que no se borrará." (Isaías 55, 9-13).

 

 

Con afecto,

Javier 

 

 

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